Convento Ntra. Sra
de Consolación
Xàtiva (Valencia)
Junio 2013
“En
un mundo donde hay tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos,
es imposible entender que haya tantos niños que pasan hambre, tantos niños sin educación, tantos pobres. La
pobreza es hoy un grito”. 1
Conocéis la historia. Octubre de
2002. Cuarenta hombres se presentaron en nuestra portería. Procedentes de
Bulgaria habían sido literalmente abandonados a su suerte, después de gastar
sus ahorros en un supuesto contrato de trabajo. Acababan de ser víctimas de una
brutal estafa. No conocían la lengua, no conocían el lugar, no sabían qué hacer
ni a dónde ir. Su desconcierto, su desesperación, su angustia se reflejaban en
unos ojos, en una mirada que jamás olvidaremos.
-“Dadles vosotros de comer!
-¿Cómo podemos dar de comer
a tanta gente? 2
Aquel
día todos comieron, el día siguiente también y el otro y el otro…Al grupo se
fueron sumando otros necesitados. Sin saberlo, sin pretenderlo había nacido
algo que “nos iba complicar la vida”. Surgieron los aplausos pero también las
críticas y los reproches, ciertamente resultaba insólito una portería de monjas
abarrotada de gente, pero en nuestro interior y en nuestras conversaciones
conventuales resonaba la Palabra:
"Si un hermano o una
hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les
dice: "Id en paz, calentaos o hartaos", pero no les dais lo necesario
para el cuerpo, ¿de qué sirve?" 3
“¡En verdad os digo: Cada vez
que dejasteis de hacerlo con uno de éstos más pequeños, también conmigo
dejasteis de hacerlo!.” 4
La
multiplicación de los panes surgió de la caridad, de la solidaridad. Crecieron
los pobres pero también los voluntarios.
Hoy, al
cabo de estos diez años hay formada una O.N.G. denominada en alusión a nuestra
titular: “Gent de la consolacio” (“Gente de la consolación”). Se dispone de un
pequeño local junto a nuestro convento en el que se reparte el alimento de cada
día y se dispone de una nave industrial en la que voluntarios profesionales
atienden toda clase de necesidades, burocráticas, de alimento y de salud.
Incluso una pequeña escuela en la que se
ayuda a niños que no pueden pagar lecciones de apoyo. Últimamente se ha
conseguido del Ayuntamiento y de particulares unos campos que divididos en
pequeñas parcelas se distribuyen a familias para que, orientadas por
agricultores jubilados, cultiven hortalizas para su propio consumo.
Diez
años ya hacen historia. Son muchas las anécdotas que podríamos contar si el
espacio lo permitiese. A grandes rasgos podemos reseñar la línea de evolución.
Lo que comenzó con inmigrantes ha dado paso a conciudadanos golpeados por la
actual crisis económica. Aquellos han ido marchando, España ya no es el
anhelado paraíso. Ahora somos pobres.
El
desempleo de larga duración unido a las deudas contraídas en tiempos de “vacas
gordas” ha hecho que muchos queden al borde de la exclusión social perdiendo
incluso la propia vivienda. Es el sombrío panorama que viven las ochenta
personas que cada día se acercan por su ración de comida y las numerosas
familias que son atendidas por los voluntarios y voluntarias de la “Gent de la
consolacio”.
Terminamos
con una cita del papa Francisco
“No se puede hablar de pobreza sin tener experiencia
directa con los pobres”. “No se puede hablar de pobreza abstracta: no existe.
La pobreza es la carne de Jesús pobre: en el niño que tiene hambre, en el
enfermo, en esas estructuras sociales injustas… Id y ver allí la carne de
Jesús”.
“Todos tenemos que pensar en volvernos un poco más
pobres: todos tendríamos que hacerlo. Habría que preguntarse: ¿Cómo puedo yo
hacerme un poco más pobre para parecerme más a Jesús que era el Maestro pobre?…”1
NOTAS
1.
Papa
Francisco a estudiantes de Colegios Jesuitas el 8 de junio de 2013
2.
San Mateo 14, 13-21.
3.
Santiago 2, 15-16
4.
Mateo,25,45